Crítica: 30 minutos o menos

Título: 30 minutos o menos
Título original: 30 minutes or less
Director: Ruben Fleischer
Género: comedia
Fecha de estreno: 11 de noviembre
Intérpretes: Jesse Eisenberg, Danny R. McBride, Aziz Ansari
30 minutos o menos, trailer español
¿Debo ir a verla? Comedia negra y de acción un tanto ambigua en sus intenciones.

30 minutos o menos es la segunda comedia del realizador Ruben Fleischer con el actor Jesse Eisenberg, todavía cubierto de laureles por ‘La red social’. Ambos fueron los principales responsables del éxito sorpresa ‘Bienvenidos a Zombieland’, cuya fórmula paródica -en ese caso a costa del subgénero de zombies- se fija en esta ocasión en las buddy-movies de los ochenta y noventa, y la intriga de bajos fondos más pulp, pero pasada por el tamiz la comedia políticamente incorrecta.

Y digo que da la impresión, porque 30 minutos o menos no llega nunca a rematar la interesante jugada. Existe, para empezar, cierta indefinición a la hora de presentar esas referencias. Por un lado, Fleischer conserva algo de la violencia y cierto sentido del espectáculo de las cintas de acción como ‘Arma Letal’ y ‘Jungla de Cristal’ (presentes a modo de guiños en varias escenas de la cinta), pero nunca opta definitivamente por ellas. Y en su vertiente criminal, la película simplemente carece del peso suficiente para ser considerada tal cosa. Eisenberg y Aziz Ansari tampoco llegan a formar una pareja del todo memorable, como tampoco los villanos incompetentes de turno. El despendole que decante la balanza hacia una cosa u otra, en definitiva, no acaba nunca de llegar.

El aspecto positivo es que 30 minutos o menos nunca jamás llega a ser una cinta dolorosa. Fleischer domina la acción y el diálogo muy bien y, ayudado de una duración que apenas sobrepasa los ochenta minutos (¡bien!), consigue que no sobre ninguna escena y que todo avance muy deprisa, pero sin apresurarse. Una virtud que ya poseía ‘Bienvenidos a Zombieland’ y que demuestra que nos encontramos ante un realizador extraordinariamente conciso y capaz. Por otro lado, cierto aroma de historia de extrarradio, de derivación de la eterna crisis moral y económica de la América Profunda, da una extraño aroma a tangible al esperpento.