Crítica: ‘Don Jon’
Para su debut como director, Joseph Gordon-Levitt ha elegido una comedia simpática, escrita por él mismo, sobre un tipo joven y atractivo que vive obsesionado con el porno. El propio Lewitt es el encargado de dar vida a un veinteañero que dedica su tiempo libre a cultivar sus músculos, ligar con mujeres y disfrutar con los vídeos X que ve en Internet. Todo cambia, a excepción de su adicción a las películas guarras, cuando se enamora de una chica bastante mandona y un poco intolerante con alguno de sus vicios.
El actor y director nunca dramatiza demasiado con la particular obsesión por el cine para adultos de su protagonista, aunque sí critique que ese tipo de filmes muestren unas relaciones sexuales que no se corresponden con la realidad. En el fondo, Levitt nos enseña como …





